Matt Ridley opina que sí. Este científico de Reino Unido presenta en “El optimista racional” su punto de vista sobre la evolución de la humanidad. Analizando los cambios ocurridos desde que éramos unos cazadores recolectores hasta la sociedad actual invita a vislumbrar un futuro excelente para los seres humanos.
¿Es el catastrofismo una novedad del siglo XXI o toda nuestra historia ha estado marcada por los vaticinios delos agoreros? Según Ridley, el pesimismo ha sido una enfermedad crónica desde tiempos pasados, de esta forma el escepticismo sobre los cambios y el miedo a lo desconocido se han apoderado de los habitantes de las distintas épocas. Por ejemplo, en la revolución industrial se temía el desarrollo de las fábricas y la transición desde la vida rural a la urbana, lo que lleva al autor a cuestionarse si la vida en el campo, con una agricultura de autosuficiencia, era realmente tan idílica y se corresponde con la imagen que tenemos actualmente de la misma.
El motor de toda evolución humana, en palabras del autor, ha sido la capacidad de intercambio, mientras que el lastre fueron las épocas en las que era necesaria una agricultura de subsistencia. Cíclicamente, épocas gloriosas como el imperio romano degeneraron al aparecer una clase dominante cada vez más numerosa que solamente se aprovechaba de los impuestos recaudados sobre el trabajo de otros. La capacidad de especializarse e intercambiar bienes y servicios, que repercute positivamente sobre la humanidad, se ve frenada por grupos que reciben beneficios sin dar nada a cambio. También suponen un retroceso las etapas donde la población alcanza un límite en el cual los alimentos escasean. Este segundo factor, tiene como consecuencia una involución hacia lo rural, en una agricultura que convierte a las familias en sistemas autárquicos, suprime la especialización y el intercambio.
Desde los orígenes, el libro llega a épocas actuales donde tal y como dice el título razona una postura optimista. Siguiendo la trayectoria de la humanidad, parece evidente que algo hemos mejorado, esperanza de vida, opciones de ocio, disminución de la violencia en la sociedad, confort etc. ¿Por qué entonces algunos se empeñan en afirmar que esta tendencia no va a proseguir? Grandes desafíos como el cambio climático se presentan como posibles finales infelices para la historia de nuestra especie. En lo concerniente al gran reto del cambio climático, Ridley se muestra escéptico sobre medidas como los combustibles biológicos, pues requieren el uso de una gran superficie de cultivo. Defiende el uso de la energía nuclear como única alternativa viable y cada vez más segura a los combustibles fósiles.
El optimista racional muestra una visión del futuro diferente al catastrofismo de otros divulgadores científicos como Lovelock. Su análisis histórico recuerda un poco a “Por qué fracasan los países” pero con una mayor profundidad en la explicación de las épocas de recesión donde la humanidad parece saltar hacia atrás, como en la baja edad media. Puede que no llegue a convencer a los lectores, pero si les invitará a reflexionar y a ser algo más optimistas. Si hemos subido hasta aquí, ¿por qué no seguir escalando en lugar de caer hacia el abismo?
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